Empecé a practicar yoga en el año 2014, después de un viaje a Kenia a casa de mi tía abuela yogui en el que di mi primera clase y me di cuenta de lo rígida que estaba. Ni me llegaba a tocar los pies y mi columna vertebral me dolía mucho después de estar cada día muchas horas delante del ordenador.  Fui abogada y broker durante mis 6 primeros años profesionales.

El yoga me hizo entender que lo que hacía con mi vida no me daba la felicidad, necesitaba salir de mi zona de confort y cuanto más practicaba, más cerca y más curiosidad sentía por el mundo del yoga. Así que me formé sin más expectativas que las de aprender y entender esta filosofía que me enamoró. Di mis primeras clases y vi las primeras caras felices de mis alumnos y decidí lanzarme a la aventura de enseñar y de seguir aprendiendo de mis maestros.

Desde entonces he transmitido a toda mi comunidad de alumnos y seguidores la importancia de vivir el momento presente, de ser como tu quieres, del esfuerzo, de la constancia, y de que toda la luz que necesitamos en nuestra vida la tenemos dentro de nosotros y que sólo tenemos que aprender el camino para sacarla y convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.

Vivo entre Madrid y Tarifa dando clases y talleres, con el sueño de algún día montar mi propia sala también en Tarifa y traerme a todos los mejores profes de asthanga a hacer clases y workshops para seguir aprendiendo de ellos y enseñar a toda la comunidad yogui que se esta creando en España.